Historia
del Monasterio Cisterciense de la Purísima Concepción y San
Bernardo
La fundación
del Monasterio Cisterciense de la Purísima Concepción y San
Bernardo, nació a petición del pueblo de Villarrobledo, que deseaba
tener dentro de sí un convento de monjas. Para dicha fundación el
Cardenal Arzobispo de Toledo, D. Gaspar Quiroga, legó la antigua
ermita de la Concepción que, con su hospital existía ya en el
centro de la Villa. Este debía ser de la Orden Cisterciense de San
Bernardo, edificando el pueblo el claustro, coro y demás
dependencias para la instalación de las monjas. Para el servicio de
la Iglesia y culto divino el pueblo proveyó de dos frontales, dos
ornamentos, un Terno blanco bordado, un Cáliz de plata, con otras
alhajas curiosas, que todo fue suficiente para iniciar la fundación.
En el año
del Señor de 1597 a 15 de marzo firmado en Madrid, se conceden los
permisos de fundación por el Archiduque Alberto Arzobispo de Toledo
y del Rey D. Felipe II el 13 de Marzo de 1597.
Las primeras
fundadoras, que trajeron la Regla, y dieron con su ejemplo la norma
de guardarla así como la vida y costumbres Cistercienses, fueron:
Sor Dª Ana de los Ángeles y Sor Dª Catalina Sarmiento, que según
la tradición, vinieron de un Monasterio de la Villa de Ocaña. Fue
tan eficaz el fervor y ejemplos de estas dos venerables monjas, que
en breve tiempo convertía en Paraíso aquella casa y en Cielo sus
claustros, su santidad atravesó los muros del Monasterio no
acabando los del pueblo de dar gracias a Dios por haberles inspirado
una fundación tan santa.
Ante la
demanda de reformadoras del Monasterio de Almagro, los superiores
pusieron sus ojos en este Monasterio para que de aquí saliesen las
reformadoras, para este fin fueron señaladas: Sor Dª Catalina
Montejano y Sor Dª Inés Díaz cumpliendo eficazmente su misión,
por lo que se propagó la fama de santidad de dicho Monasterio.
A lo largo
de la historia este Monasterio ha sufrido diversos avatares que
deterioraron el edificio y como consecuencia repercutió en la
continuidad de la vida monástica dentro del mismo, teniendo que
ausentarse las monjas en varias ocasiones.
El día 26
de julio de 1936 fueron expulsadas del Monasterio todas las
religiosas, ausencia que duró hasta el día 1 de Mayo de 1939 en el
que volvieron cinco de aquellas monjas reanudando así con muchas
estrecheces la vida monacal. El día 12 de mayo de 1942 la normalidad
volvió al Monasterio al celebrar la primera Misa después de seis
años sin culto.
Posteriormente
fue creciendo la comunidad viviendo con muchas dificultades,
tratando de restaurar el Monasterio; poco a poco hemos llegado al
momento actual en
que los tiempos con sus rápidos cambios, nos ha movido a abrir
nuestras puertas para que todos puedan disfrutar de la paz que
gozamos en el Monasterio, a la vez que contemplen su belleza y
nuestro Patrimonio conservado gracias a varias familias del pueblo
que lo salvaron.
El día 18
de diciembre del 2015 se abrió el Museo, todos los que lo han
visitado salen satisfechos y asombrados de tanta belleza que no
esperaban.
La visita
consiste en el recorrido por los claustros, Biblioteca y Museo,
destacando sobre todo el cuadro original del Virrey D. Diego Morcillo
nacido en Villarrobledo el 3 de enero de 1642 de
gran valor histórico, así como el cáliz de la fundación y el
legajo restaurado conteniendo los permisos de la fundación del
Monasterio. En tiempo de Navidad está instalado el Belén en el
suelo del claustro, sencillo pero bello con el que todas las
generaciones disfrutan.